martes, 11 de diciembre de 2012

LA TORMENTA DE HIELO

Tres son los escalones que separan la puerta de mi casa de la calle.Con una fuerza sobre humana clava la pala en el hielo ,lo rompe ,lo carga y lo tira a un lado para ir abriendo paso en  la pequeña escalinata.Le observo sentada en el segundo escalón .Mi cuerpo quiere moverse y ayudarle pero no responde ,el frío es tan intenso y fino que me tiene paralizada ; lo cierto es, que se está muy bien así,  de hecho podría quedarme así eternamente , mirándole,mis ojos empezarían a cerrarse y una paz me invadiría suavemente,el sueño se apoderaría de mi y ....dicen , que así de suave es la muerte por congelación ,primero te invade el sueño y luego todo se apaga o se enciende depende.
La clava de nuevo y el sonido del hielo al romperse me saca del ensimismamiento-¿Vas a seguir mirándome o vas ayudarme? - Sabes que no tengo fuerza y además el frío ha congelado mis manos , si me pegara un golpe en uno de mis dedos ,estoy segura de que se rompería de una forma limpia-contesto.
Queda poco ,entra en casa si quieres, yo entraré enseguida y veremos que podemos hacer con esas manos.
Sus grandes manos cogen la pala y otra vez suena el golpe seco contra el hielo.
Nunca hasta esta noche había vivido una tormenta de hielo,es una de la experiencias climatológicas mas sobrecogedoras a la vez que paradójicas,que haya vivido hasta ahora ,ya que curiosamente se forma por la aproximación de un frente cálido.
La puerta se cierra detrás de EL y se acerca hacia mi - A ver esas manos -dice muy serio -y yo sonrío-Mr Prudente es así-  las toma entre la suyas ,inmensas y también heladas y las empieza a frotar.La ternura con la que frota mis manos solo es comparable a la fuerza y determinación con la que le he visto romper mi hielo.
¿ Que vas a hacer? -me pregunta-Llevo varios días esquivando esta conversación-Aun no lo se.Se lo que debería hacer , se que es lo justo pero no tengo fuerzas.
No puedo verte así , ¿lo sabes, no? -lo se- le respondo.Y sabes que decidas ,lo que decidas , estoy aquí-También lo se -le digo (por eso le amo aunque El aun no lo sepa).
Cuéntame otra vez esa historia...-digo rompiendo el hielo y el silencio.
¿Cual de ellas?-Esa que me contaste el otro día de los esquimales...- me siento en el suelo sobre la alfombra  de nudos de lana con las piernas cruzadas y mi espalda arqueada sobre mi abdomen,miro fijamente esa especie de fuego , mientras, nuestra falsa chimenea crepita como si el viento hubiera soplado sobre las llamas;El hace lo mismo , se sienta igual que yo pero me mira a mi. El calor te ha sacado los colores, me gusta-me dice-Aun me sigue asombrando que le guste así , sin una gota de maquillaje y con mis 37 años atados en una coleta.
Este es , sin duda, uno de los actos mas íntimos que compartimos , que me lea en primicia o por segunda vez, una por una, cada palabra que escribe.
En el lejano oriente Ruso, mas concretamente en la península de Chukchi ,habita una tribu esquimal llamada Yupiks siberianos.Para ellos el mal recibe el nombre de Kungaleta y esta encarnado en la persona que miente,hace trampas,roba y abusa sexualmente de las mujeres.En una de mis visitas a esa comunidad,le pregunté a uno de los esquimales, qué hacia el grupo cuando se enfrentaba a un hombre de esas características  su respuesta fue contundente:"Alguien lo empuja al agua helada cuando nadie mira". Aquí fue cuando intuí algo que hizo cambiar mi visión sobre ciertas personas,nada hará cambiar a quien es capaz de agredir sin piedad.La lucha contra este tipo de individuos compulsivamente malévolos suele ser a vida o muerte.
Creo que esta vez solo te toca mirar para otro lado, mientras le empujan.
Tiene toda la razón.Me dejo caer sobre su pecho.Y un suspiro largo y profundo sale de mi.




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