Llegamos a media mañana , hoy es nuestro día dolce
far niente ,que dedicamos a la contemplación, la lectura, el baño de sol,
el relajo, el buceo en nosotros mismos, el paseo , es el balancín donde
acunamos nuestros sueños.Recojo mi primera lata-cámara que deje hace mas
de un mes en este mismo parque ,esta tarde,ya en casa me ayudara a abrirla.
Elegimos una sombra lo mas lejos de todos ,aunque resulta difícil, por que este
parque con buen tiempo es sinónimo de metro en hora punta .La hierba bajo
nuestros cuerpos amortigua la dureza del suelo,algunos rayos de sol
asoman por entre los árboles. Mi cabeza reposa sobre su regazo y la música del
Kiosco es la banda sonora perfecta. Simplemente perreamos, no dejamos de
mirarnos.Un mirada intensa como si quisiéramos retenernos uno en la
retina del otro para nunca dejarnos marchar.En unos días volverá al
mar,su trabajo,su vida y no podré tenerle cerca ,bueno al menos no tan cerca
como ahora.Un libro en blanco he abierto para tu pluma, dame tu mano
y llévame contigo;al mar donde todo ocurre muy despacio, donde nada
ocurre con estrépito. A nuestro mar donde reinan las altas presiones
aunque muy de vez en cuando las bajas presiones traigan pequeñas tormentas de
verano que no hacen si no refrescar el ambiente.Mientras llega ese día juguetea
con mi pelo enroscándolo suavemente entre sus dedos. Siento
su respiración bajo mi cabeza. Hasta que nos conocimos lo
nuestro había sido un compás de espera ,representado inicialmente por un
silencio de redondas y uno de negra despues.Antes de ti simplemente sobrevivia miedosa y descofiadamente. Pero ahora este es de esos momentos de calma en
los trópicos , intentar describirlo sería como intentar limitar lo
infinito; palabras, notas,silencios se quedan cortos.Atrás quedó el navegar por las tormentas constantes de los mares situados al norte y al sur de los paralelos 40 .
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